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Martillo

La trama que nos une, es como la seda . Las acciones de cada uno, impactan a todos los hilos vecinos, que son muchos y más cercanos de lo que quisiésemos.  Los históricos y lamentables sucesos de hoy en el Congreso del país que me acobija, no están para nada alejados de mi realidad inmediata.  La pandemia, no se circunscribe al virus puyúo del que una mágica vacuna nos salvará. La irresponsabilidad que acertamos a ver en los demás, la negamos en nuestro entorno y en nuestras acciones. La pandemia de la demagogia, el reino de los ‘‘hechos alternativos”, desbocada en ecos de los ansiosos de mantener el poder a cualquier costo; se derrama en la esfera más inmediata.  En aquellos que espantados por la viralidad del COVID-19, declamaban que las acciones de los que marchan con religioso fervor a los eventos donde el Presidente de la nación más poderosa del mundo convoca a congregarse a un reverberado y aparentemente incongruente discurso, son una desgracia. Mientras encantados,...

La perra, el Bichito y el chofer de Buseta

foto: @gabyrela En una mañana clara, con olor a café, Wilmer salió de la pieza para engullirse los dos huevos y la arepa frita que su mujer, Yolanda, puso en la mesa con el mantel de hule dibujado con cestas de frutas. Después de desayunar, salió como todos los días a ruletear en su buseta. Llegando a la Plaza Sucre de Petare, se encontró con un tráfico tremendo. Casi una hora le tomó llegar a la Avenida Francisco de Miranda. Allí, sus compañeros de gremio estaban todos con las busetas paradas y en reunión.  –Mataron a Wilfrido, lo dejaron sangrando dentro del autobús. – Hay que hacer algo, aquí no hay ley. Cuatro horas después, apenas a las 9:30am, Wilmer iba de regreso a su casa. Se había acordado una huelga general de transporte y él, muy a su pesar dejó el trabajo por solidaridad. Estacionó la buseta frente al rancho, abrió la puerta principal y entró. Oyó ruidos conocidos que venían del fondo. Al llegar al cuarto, corrió la cortina que hacía de puerta y vió a su mujer en la ca...

The other

She finds herself to be the lady on the subway,  the one that is seated across and whose sadness peeps out, beside her seemingly tranquil semblance  and the casual smile given to the man seated beside her. With efforts she recognizes  that the parallels with the sad eyed lady are incontrovertible. Besides feeling fortunate  when hearing the 2nd plea for help  by the middle of her commute.  She wonders how she got to be that person,  and worries,  about an extended part as such a character.   

She feels:

An outsider,  a gypsy.  A merry and spirit wealthy loner.  Understood by neither peer or lover.  And there comes a loose string medal claiming, sunset seeking  always strained tired older. Who recons younger linings looming senseless,  unbecoming. As if time was endless, and recoiling.

La mesa de mamá...

Mi mamá siempre cultivó el arte de la mesa, aún en las ocasiones más informales y cotidianas. Sin demasiado esmero, pero con cariño y cuidado, el comer se deslinda del mero deber y de su lado práctico para ser un ritual que da alegría y placer a todos los sentidos y también se convierte en forjador de disciplina. Recuerdo mi mueca al oírla decir: ¡hazme el favor y pon un mantelito y acomódate! Mi madre atesoraba, además de la vajilla de diario que era fuente de quejas porque no duraba, la de navidad (que ella misma pintó y que yo protestaba porque ocupaba enorme espacio y solo se utilizaba en diciembre, con su insistencia) una de porcelana azul antigüita, una blanca con borde dorado y negro muy moderna que era mi favorita y una de porcelana tan fina y delgada que daba como miedo usarla. Detalles como unas mantequilleras de cristal mínimas que se colocaban entre cada dos puestos para ser compartidas y cuchillitos de nácar para untar la mantequilla; platos de fondo, unos de bronc...

Tiger. Goose. Tingle and Tangle

El tigre de papel duerme  en la habitación contigua, su ronroneo se disipa  entre las paredes vacuas. El jardín de flores bellas,  de pétalos con lupas de agua, que se vuelven lágrimas de ausencia corta y rubrican los lapsos  de tierra que yace aporroneada; se pregunta si las lunas contadas  durarán las hojas y si la víspera del cercano amanecer  desatará su alambrada confianza. Que se bifurca y se bifurca  en camino de hormiga imaginaria. Recordando  puñales con punta de saña. Mientras las rayas yacen,  ignorantes que su peso esculpe las redondeces que en su crecía la atormentan; el destino del ganso del cocinero,  deshecho en las fauces del desengaño, se lamenta del júbilo ausente,  en las bocas deseosas que sigue soñando. MBM Nueva York Invierno del dos mil dieciocho

Bidú Bidú, Bidú...

1989 .  Las casas de los amigos te reciben con una de esas mesas angostas pegadas a una pared donde no se ve nada: palomitas de Lladró, vírgenes de conchas de guacuco y porta retratos con marco de pewter, cerámica y plástico dorado que muestran a la familia con sus mejores galas. Divinos todos: vacaciones en Disneywor , bodas  en La Piragua , primeras comuniones con tequeños de  Casa Mar  y piñatas donde el protagonista es el frasco de Etiqueta Negra ; colores de los 70's ya con otros tonos, ralos. Y en el fondo de la sala el resabido Trompiz que define a todo el que es pudiente, en casas financiadas por el  Banco Obrero. Todos ex-Adecos, los únicos arrepentidos los que no robaron suficiente para mudarse a La Lagunita.  En las terrazas abriendo el minúsculo jardín, una barra, coronada por un alero de tejas bajo los que cuelgan unos jamones falsos, con moñas de polvo y  guirnaldas de pimientos plásticos, afiches de corridas de Girón en Va...

Una crónica sincrónica...

Foto: http://jparocha.blogspot.com/ De un follón.  Cuando lo vi, decir eso me salió del alma. ¡ Coño de un follón! Una cuchura de máquina de tragar y cagar. Mi hijo. Que angustia.  ¿ Lo haré bien? Imaginaba a esas madres de otras épocas, preguntándose si su bebé viviría; y o me sentía como en "Babia" esa expresión tan Caraqueña que implica evasión, distensión. Estaba a rrobada, idiota, con  planes que no quería imponer. Con ideas absurdas que  se disipaban con la sonrisa y el parpadear del carajito.  20 de Febrero del 2004.  Una vorágine  casi lisérgica  pasaba por mi cabeza mientras veía la cara perfecta, que la cesárea no acható, de mi bebo. Y me sentía medio culpable, de no haber sufrido un coño a la hora de su nacimiento y de cómo mi panza enorme fué desinflada con anestesia, saludos y risas.  Repetí mecánicamente algo que mi madre me dijo que ella preguntó cuando yo nací:  ¿ Tiene todos sus deditos?  ¿...

Cantaleta

Quisiera gritar: malhaya! Que hiere la vecindad, que me falta sa ñ a. Que la ciudad que querías andar a pie, es una autopista, un playlist. Data. Y que salió la maluca esa explota globos, en campa ña. Que carajo hace ese gato montado en esa rama, bájenlo. Llamen a los bomberos, busquen la escalera y acepta que te arañe. Sálvenlo, sáquenlo de esa locura! Distráiganlo. Traigan hielo y cuando lo bañes entre dedos afilados, has de frotarle la espalda. Lo único importante es su sonrisa, su risa, su gracia. Sigan, corran de la guadaña, esquiven las hojillas. Duerman con las garras. Desdíganse, cállense, si no guardas silencio la u ñ a no te dará pausa. Hay que asentir, abrirse, cantar la alabanza! No le digan no, no le digas nada. Te tragarás tu causa, tu reto, tu pausa. Pondrás el velo y noche a noche, en concierto gutural esperarás descalza. Que retumbe la esperanza, que se deshiele. Que se deshaga, que se vuelva rabia, callada, enfocada, constante. Y dejarás que te bo...

Ponte poronte ponte pi

En mi infancia cantábamos esta rima mientras hacíamos un juego con las manos: "Ponte poronte, ponte pi, tape taperuche, ponte poronte ponte pi, tape taperú" Siempre me pregunté de dónde venían esos versos sin sentido y hoy me puse a averiguar. Vienen de una cancion infantil francesa que tiene su origen en el coro de un pregón de una verdulera del mercado de París, cuyas manzanas anunciaba con estos versos: « Pomme de reinette et pomme d'api d'api d'api rouge pomme de reinette et pomme d'api d'api d'api gris » Por su carácter de tradición oral deviene en otra versión, y la parte del coro que reza "d'api d'api rouge" termina siendo «tapis, tapis rouge» por lo que el coro se transformó con el tiempo en: « Pomme de reinette et pomme d'api apis, tapis rouge pomme de reinette et pomme d'api apis, tapis gris» La versión que llega a Venezuela viene del italiano, ya que en italia se comienza a cantar como rima infantil...