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Mostrando entradas de 2017

¿Lado, cuál?

Más que preguntarme ¿Por quién doblan las campanas?  Contesto ¿Quién dobla las campanas? ¿Quién se aferra a la larga y anudada soga, que una vez que asume el peso lo levanta despiadada y rítmicamente? Ese cuerpo que ejerce toda su fuerza sobre la gruesa cuerda que hiere las manos y desafía el acto y al hacer; que espera para añadir el tañido al viento que silba en los oídos que lo escuchan y disturba las melenas deseosas de ser inmortalizadas en tal pose. Disturbio de grande comparsa y puntual fanfarria. El que tañe la campana anuncia el poder al incauto que acude al llamado, que funge su deseo de masas con la excusa enturbiada por la duda. La misma duda que acude a la esperanza y al desdén tan pronto ve colmado su deseo de pertenencia en inútil arrogancia. Se asoma con la luz un vestigio del idilio que amarra las almas cuya nobleza equipara a su ignorancia.  El nombre del viento, ése que buscan los desecradores de tumbas y adoradores de huesos que se persignan bajo el credo

Francisco Federico

Llevo repletos los bolsillos de canto rodado y luciérnagas en la frente. Tu paso distante circular, quedo en la terracota que mira el agua, con tropel de trinitarias coloradas flota sin remedio entre alas nones de libélula ignorando tu ausencia y el terror que causan los columpios. A mi hermanito  Francisco Federico 1968-2016

The time machine

I am somewhere where I can't be rescued, not by me or any superhero, underdog, or lover. When numbers are kings of your repertoire and the lyrics of the dusty tango, hit you there's nowhere to turn to. Veinte años no son nada. All the mighty achievements of your lost youth are not written or remembered by the flights of birds that have perennially migrated over your head without your petty knowledge. And the remembrance is mostly an unwelcome reminder of your passing, of being no more. There is no miracle, or surgical enhancement that will turn the eyrie doings of that person now long gone or bring back the splendour, or the fiery dawns. Nothing will get you back, not the memories of those short hours under the shower that made you wonder about the great singer you would become. The lights remain, now hidden, or turn to sunsets. Even talent is a burden, when only pain can make a poem great. The wisdom of years has never, in the west been revered only death,

Love. What?

Love. You have hurt me in so many levels. Love has ment to me renouncing and bouncing. There are too many words said, that are heart breaking. Every time you had a chance to hurt me, you have grabbed. My soul which was given has broken again and again. But I still crave the beautiful wonderful time when you gave yourself to me, and no I'm not crazy, or am I?  My brother was.  Will I follow, cloak up and give up? The still, the look, the spark. It is there?  And no, yes, I have erupted and shilly unsaid all those things. It is me: the giver, the beholder, the watcher, the griever. I have wantly let you. I have wantly chased that rage, wittingly purposedly fueled it.  I know, you know. In my shell I await, undressed for your pity to ligh up, to grow. Do I need it? Do we? My own course is my curse. Is it a reflection of my unwanted memories?  Do I seek it?  Now in admiration of a girl that defies and definetely shocks, am I seeking for redemptio

Con maña de Magaña

Son las 2. Otra vez. El sueño trata, pero no me alcanza. Veo series Suecas, ya vi todas las otras. Autómata. Inerme. En un viaje en pantalla, inútil. Pero aprendí a decir:  Jag mår bra , estoy bien. Tres, cuatro. Riiing. Amanezco sin novedad, pero con sueño. Desayuno, lonchera, regañito cariñoso. Chamo, on the way to school . Lluvia pertinaz y la acera brilla, en un rato todas las basurillas flotarán calle abajo. La ilusión de la ciudadanía del primer mundo se disipa cuando la parafernalia estructural que soporta la ilusión, falla. En la ausencia de la barredora, el camión de la basura, el horario con amenaza, el conserje furibundo y la vecina solterona que lo emula y añora compartir sus tareas y su cama, el barrendero y los comerciantes afanados en sobrevivir, el muladar se asoma rapidito. Chien de chien . Me sonrío con malicia cuando el policía de tránsito le arruga la vida al tipo que se tardó cinco minutos en quitar su carro y el personaje de chaqueta de cuero sospechos

Tarde de viernes en Nueva York

foto: @madamblanc Con la cabeza sobre la almohada, puedo sentir el pulso de la ciudad. Mientras más lo siento y más siento la enorme fuerza, necesidad y esfuerzo que todos ponen en tratar de lograr ser notados, más pánico siento. Es como estar todo el tiempo cerca de un animal herido con garras y colmillos.  El  puerto  padece  de  la eterna despedida, es una presencia nebulosa que se cuela bajo las puertas y hace doler los huesos.  Aparte de los afanados, solo hay derrotados. Los que claudicaron y solo sirven, que pululan los túneles sudorosos en verano y exhiben sus trofeos de tienda por departamento con nombres de diseñadores de la quinta avenida. Hay un ruido constante de esperanzas muertas, de deseos reprimidos, de luchas pírricas y calderas que se entrelaza con llantos, risotadas y gemidos y el falso silencio lleno de galas de última rebaja y perfumes fuertes. La caminería gastada con ruta inmutable y herrosa, ocupada siempre. Todos comparten el compás de relojes con