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Mostrando entradas de septiembre, 2018

Una crónica sincrónica...

Foto: http://jparocha.blogspot.com/ De un follón.  Cuando lo vi, decir eso me salió del alma. ¡ Coño de un follón! Una cuchura de máquina de tragar y cagar. Mi hijo. Que angustia.  ¿ Lo haré bien? Imaginaba a esas madres de otras épocas, preguntándose si su bebé viviría; y o me sentía como en "Babia" esa expresión tan Caraqueña que implica evasión, distensión. Estaba a rrobada, idiota, con  planes que no quería imponer. Con ideas absurdas que  se disipaban con la sonrisa y el parpadear del carajito.  20 de Febrero del 2004.  Una vorágine  casi lisérgica  pasaba por mi cabeza mientras veía la cara perfecta, que la cesárea no acható, de mi bebo. Y me sentía medio culpable, de no haber sufrido un coño a la hora de su nacimiento y de cómo mi panza enorme fué desinflada con anestesia, saludos y risas.  Repetí mecánicamente algo que mi madre me dijo que ella preguntó cuando yo nací:  ¿ Tiene todos sus deditos?  ¿ Los mueve?  Yo estaba hasta el culo, no sentía nada

Cantaleta

Quisiera gritar: malhaya! Que hiere la vecindad, que me falta sa ñ a. Que la ciudad que querías andar a pie, es una autopista, un playlist. Data. Y que salió la maluca esa explota globos, en campa ña. Que carajo hace ese gato montado en esa rama, bájenlo. Llamen a los bomberos, busquen la escalera y acepta que te arañe. Sálvenlo, sáquenlo de esa locura! Distráiganlo. Traigan hielo y cuando lo bañes entre dedos afilados, has de frotarle la espalda. Lo único importante es su sonrisa, su risa, su gracia. Sigan, corran de la guadaña, esquiven las hojillas. Duerman con las garras. Desdíganse, cállense, si no guardas silencio la u ñ a no te dará pausa. Hay que asentir, abrirse, cantar la alabanza! No le digan no, no le digas nada. Te tragarás tu causa, tu reto, tu pausa. Pondrás el velo y noche a noche, en concierto gutural esperarás descalza. Que retumbe la esperanza, que se deshiele. Que se deshaga, que se vuelva rabia, callada, enfocada, constante. Y dejarás que te borre.