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La mesa de mamá...

Mi mamá siempre cultivó el arte de la mesa, aún en las ocasiones más informales y cotidianas. Sin demasiado esmero, pero con cariño y cuidado, el comer se deslinda del mero deber y de su lado práctico para ser un ritual que da alegría y placer a todos los sentidos y también se convierte en forjador de disciplina. Recuerdo mi mueca al oírla decir: ¡hazme el favor y pon un mantelito y acomódate! Mi madre atesoraba, además de la vajilla de diario que era fuente de quejas porque no duraba, la de navidad (que ella misma pintó y que yo protestaba porque ocupaba enorme espacio y solo se utilizaba en diciembre, con su insistencia) una de porcelana azul antigüita, una blanca con borde dorado y negro muy moderna que era mi favorita y una de porcelana tan fina y delgada que daba como miedo usarla. Detalles como unas mantequilleras de cristal mínimas que se colocaban entre cada dos puestos para ser compartidas y cuchillitos de nácar para untar la mantequilla; platos de fondo, unos de bronc...

Tiger. Goose. Tingle and Tangle

El tigre de papel duerme  en la habitación contigua, su ronroneo se disipa  entre las paredes vacuas. El jardín de flores bellas,  de pétalos con lupas de agua, que se vuelven lágrimas de ausencia corta y rubrican los lapsos  de tierra que yace aporroneada; se pregunta si las lunas contadas  durarán las hojas y si la víspera del cercano amanecer  desatará su alambrada confianza. Que se bifurca y se bifurca  en camino de hormiga imaginaria. Recordando  puñales con punta de saña. Mientras las rayas yacen,  ignorantes que su peso esculpe las redondeces que en su crecía la atormentan; el destino del ganso del cocinero,  deshecho en las fauces del desengaño, se lamenta del júbilo ausente,  en las bocas deseosas que sigue soñando. MBM Nueva York Invierno del dos mil dieciocho

Bidú Bidú, Bidú...

1989 .  Las casas de los amigos te reciben con una de esas mesas angostas pegadas a una pared donde no se ve nada: palomitas de Lladró, vírgenes de conchas de guacuco y porta retratos con marco de pewter, cerámica y plástico dorado que muestran a la familia con sus mejores galas. Divinos todos: vacaciones en Disneywor , bodas  en La Piragua , primeras comuniones con tequeños de  Casa Mar  y piñatas donde el protagonista es el frasco de Etiqueta Negra ; colores de los 70's ya con otros tonos, ralos. Y en el fondo de la sala el resabido Trompiz que define a todo el que es pudiente, en casas financiadas por el  Banco Obrero. Todos ex-Adecos, los únicos arrepentidos los que no robaron suficiente para mudarse a La Lagunita.  En las terrazas abriendo el minúsculo jardín, una barra, coronada por un alero de tejas bajo los que cuelgan unos jamones falsos, con moñas de polvo y  guirnaldas de pimientos plásticos, afiches de corridas de Girón en Va...

Una crónica sincrónica...

Foto: http://jparocha.blogspot.com/ De un follón.  Cuando lo vi, decir eso me salió del alma. ¡ Coño de un follón! Una cuchura de máquina de tragar y cagar. Mi hijo. Que angustia.  ¿ Lo haré bien? Imaginaba a esas madres de otras épocas, preguntándose si su bebé viviría; y o me sentía como en "Babia" esa expresión tan Caraqueña que implica evasión, distensión. Estaba a rrobada, idiota, con  planes que no quería imponer. Con ideas absurdas que  se disipaban con la sonrisa y el parpadear del carajito.  20 de Febrero del 2004.  Una vorágine  casi lisérgica  pasaba por mi cabeza mientras veía la cara perfecta, que la cesárea no acható, de mi bebo. Y me sentía medio culpable, de no haber sufrido un coño a la hora de su nacimiento y de cómo mi panza enorme fué desinflada con anestesia, saludos y risas.  Repetí mecánicamente algo que mi madre me dijo que ella preguntó cuando yo nací:  ¿ Tiene todos sus deditos?  ¿...

Cantaleta

Quisiera gritar: malhaya! Que hiere la vecindad, que me falta sa ñ a. Que la ciudad que querías andar a pie, es una autopista, un playlist. Data. Y que salió la maluca esa explota globos, en campa ña. Que carajo hace ese gato montado en esa rama, bájenlo. Llamen a los bomberos, busquen la escalera y acepta que te arañe. Sálvenlo, sáquenlo de esa locura! Distráiganlo. Traigan hielo y cuando lo bañes entre dedos afilados, has de frotarle la espalda. Lo único importante es su sonrisa, su risa, su gracia. Sigan, corran de la guadaña, esquiven las hojillas. Duerman con las garras. Desdíganse, cállense, si no guardas silencio la u ñ a no te dará pausa. Hay que asentir, abrirse, cantar la alabanza! No le digan no, no le digas nada. Te tragarás tu causa, tu reto, tu pausa. Pondrás el velo y noche a noche, en concierto gutural esperarás descalza. Que retumbe la esperanza, que se deshiele. Que se deshaga, que se vuelva rabia, callada, enfocada, constante. Y dejarás que te bo...

Ponte poronte ponte pi

En mi infancia cantábamos esta rima mientras hacíamos un juego con las manos: "Ponte poronte, ponte pi, tape taperuche, ponte poronte ponte pi, tape taperú" Siempre me pregunté de dónde venían esos versos sin sentido y hoy me puse a averiguar. Vienen de una cancion infantil francesa que tiene su origen en el coro de un pregón de una verdulera del mercado de París, cuyas manzanas anunciaba con estos versos: « Pomme de reinette et pomme d'api d'api d'api rouge pomme de reinette et pomme d'api d'api d'api gris » Por su carácter de tradición oral deviene en otra versión, y la parte del coro que reza "d'api d'api rouge" termina siendo «tapis, tapis rouge» por lo que el coro se transformó con el tiempo en: « Pomme de reinette et pomme d'api apis, tapis rouge pomme de reinette et pomme d'api apis, tapis gris» La versión que llega a Venezuela viene del italiano, ya que en italia se comienza a cantar como rima infantil...

¿Lado, cuál?

Más que preguntarme ¿Por quién doblan las campanas?  Contesto ¿Quién dobla las campanas? ¿Quién se aferra a la larga y anudada soga, que una vez que asume el peso lo levanta despiadada y rítmicamente? Ese cuerpo que ejerce toda su fuerza sobre la gruesa cuerda que hiere las manos y desafía el acto y al hacer; que espera para añadir el tañido al viento que silba en los oídos que lo escuchan y disturba las melenas deseosas de ser inmortalizadas en tal pose. Disturbio de grande comparsa y puntual fanfarria. El que tañe la campana anuncia el poder al incauto que acude al llamado, que funge su deseo de masas con la excusa enturbiada por la duda. La misma duda que acude a la esperanza y al desdén tan pronto ve colmado su deseo de pertenencia en inútil arrogancia. Se asoma con la luz un vestigio del idilio que amarra las almas cuya nobleza equipara a su ignorancia.  El nombre del viento, ése que buscan los desecradores de tumbas y adoradores de huesos qu...

Francisco Federico

Llevo repletos los bolsillos de canto rodado y luciérnagas en la frente. Tu paso distante circular, quedo en la terracota que mira el agua, con tropel de trinitarias coloradas flota sin remedio entre alas nones de libélula ignorando tu ausencia y el terror que causan los columpios. A mi hermanito  Francisco Federico 1968-2016

The time machine

I am somewhere where I can't be rescued, not by me or any superhero, underdog, or lover. When numbers are kings of your repertoire and the lyrics of the dusty tango, hit you there's nowhere to turn to. Veinte años no son nada. All the mighty achievements of your lost youth are not written or remembered by the flights of birds that have perennially migrated over your head without your petty knowledge. And the remembrance is mostly an unwelcome reminder of your passing, of being no more. There is no miracle, or surgical enhancement that will turn the eyrie doings of that person now long gone or bring back the splendour, or the fiery dawns. Nothing will get you back, not the memories of those short hours under the shower that made you wonder about the great singer you would become. The lights remain, now hidden, or turn to sunsets. Even talent is a burden, when only pain can make a poem great. The wisdom of years has never, in the west been revered only death, ...

Love. What?

Love. You have hurt me in so many levels. Love has ment to me renouncing and bouncing. There are too many words said, that are heart breaking. Every time you had a chance to hurt me, you have grabbed. My soul which was given has broken again and again. But I still crave the beautiful wonderful time when you gave yourself to me, and no I'm not crazy, or am I?  My brother was.  Will I follow, cloak up and give up? The still, the look, the spark. It is there?  And no, yes, I have erupted and shilly unsaid all those things. It is me: the giver, the beholder, the watcher, the griever. I have wantly let you. I have wantly chased that rage, wittingly purposedly fueled it.  I know, you know. In my shell I await, undressed for your pity to ligh up, to grow. Do I need it? Do we? My own course is my curse. Is it a reflection of my unwanted memories?  Do I seek it?  Now in admiration of a girl that defies and definetely shocks, a...