Foto: http://jparocha.blogspot.com/ De un follón. Cuando lo vi, decir eso me salió del alma. ¡ Coño de un follón! Una cuchura de máquina de tragar y cagar. Mi hijo. Que angustia. ¿ Lo haré bien? Imaginaba a esas madres de otras épocas, preguntándose si su bebé viviría; y o me sentía como en "Babia" esa expresión tan Caraqueña que implica evasión, distensión. Estaba a rrobada, idiota, con planes que no quería imponer. Con ideas absurdas que se disipaban con la sonrisa y el parpadear del carajito. 20 de Febrero del 2004. Una vorágine casi lisérgica pasaba por mi cabeza mientras veía la cara perfecta, que la cesárea no acható, de mi bebo. Y me sentía medio culpable, de no haber sufrido un coño a la hora de su nacimiento y de cómo mi panza enorme fué desinflada con anestesia, saludos y risas. Repetí mecánicamente algo que mi madre me dijo que ella preguntó cuando yo nací: ¿ Tiene todos sus deditos? ¿...